Cirugía de precisión en Ciutat Vella
El distrito proyecta 357 viviendas sociales en intervenciones dispersas
BLANCA CIA - Barcelona
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El Pais 12/11/2007
Se acabaron los tiempos de las grandes intervenciones urbanísticas en Ciutat Vella. Aquellas que supusieron el derribo de fincas enteras en el sur del Raval para abrir la rambla en el estreno del siglo, o la apertura de la avenida de Francesc Cambó en el Casc Antic, que empezó hace más de 15 años y que todavía colea. Si hace 20 años, urbanistas y responsables municipales apostaron por esponjar y abrir paso al sol y al aire con cierto sentido higienista y crear espacios públicos; ahora se impone casi lo opuesto: conservar la traza antigua y rehabilitar. Es decir, menos grandes cortes y más cirugía de precisión. Si lo segundo es consecuencia de algún exceso cometido en la primera fase es algo en lo que ahora el Ayuntamiento de Barcelona prefiere no entrar.
Convenios de rehabilitación que obligan a respetar a los inquilinos
La prioridad es mantener el parque de viviendas y la traza antigua
Diferentes sistemas para poner en el mercado 357 pisos sociales
De paso, se quiere dejar sin efecto viejas planificaciones urbanísticas que pretendían abrir espacio para el vehículo, el rey de las ciudades en la década de los setenta. Los tiempos cambian y ahora la prioridad en el centro es para el peatón.
Siguiendo esos criterios, Ciutat Vella está diseñando varias intervenciones en el distrito, especialmente en el Raval y en el Casc Antic, y también dentro de la reforma del quarts de casa de la Barceloneta, para poner a disposición del mercado 357 viviendas de protección social y poner en orden 11 fincas más. Lo primero se ha proyectado con tres medidas distintas. Una, la expropiación de fincas muy degradadas cuyos propietarios no daban señales de vida. Inicialmente se localizaron 10, pero 3 de los propietarios alegaron que estaban a la espera de licencias y diferentes trámites. Finalmente, la expropiación se hará de las otras siete fincas: tres solares y cuatro inmuebles que darán lugar a 54 pisos sociales.
El segundo sistema para obtener más vivienda pública pasa por la transmisión de edificios municipales a cooperativas para que levanten pisos. Exactamente 125. Y el tercer instrumento es la modificación del uso de edificios también de titularidad municipal para construir viviendas sociales que, en ese caso, seguirán siendo patrimonio del Ayuntamiento. De esta forma, se obtendrán 178 viviendas. Del total de 357 pisos, 67 serán de nueva planta y el resto por la rehabilitación integral de los edificios. Todo está, todavía, en fase de planeamiento, por lo que todas esas viviendas tardarán un tiempo en ser realidad.
"En Ciutat Vella es prácticamente imposible construir vivienda nueva. Lo que hay que hacer es rehabilitar, rehabilitar y rehabilitar. Y buscar instrumentos para propiciarlo. Un sistema que hemos ensayado es firmar convenios con la propiedad", explica la edil del distrito, Itziar González.
Es la fórmula que se ha utilizado, por ejemplo, con 11 fincas del Raval que, en principio, corrían el peligro de ser derribadas para ensanchar las calles. Estaban afectadas urbanísticamente: "Son planificaciones obsoletas, de los tiempos de prioridad para el coche y eso está superado", añade. "Ahora", subraya, "queremos preservar la traza de la Barcelona vieja".
Eso pasa, por ejemplo, con una gran finca del principio de la calle de Xuclà que hace esquina con la del Carme. Ha sido rehabilitada, pero necesita una intervención más profunda. De hecho ya están proyectando la colocación de ascensores y la apertura de balcones en lo que ahora es una medianera con gatos cazando a un ratón. Se trata de fincas en régimen de propiedad horizontal. Los convenios obligan a dos cosas. La primera, el compromiso a la rehabilitación integral en un tiempo determinado, y la segunda, a mantener los contratos de alquiler. A cambio, los propietarios logran que las fincas dejen de estar afectadas por una carga urbanística. Otro lugar en el que se ha hecho la misma operación es en ocho fincas consecutivas de la calle del Peu de la Creu, que también podrían ir al suelo si se ampliara la sección de la calle desde Joaquim Costa hasta Riera Alta. Estas fincas, a diferencia de las de la calle de Xuclà, no están en tan buenas condiciones y algunas tienen portales y escaleras en un estado lamentable.
¿Y si no cumplen? Pues expropiación. Al menos, eso dicen los convenios firmados.
Mediar en los casos de 'mobbing'
Ciutat Vella quiere poner en marcha un servicio de atención a las personas que creen ser víctimas del mobbing inmobiliario. Hasta ahora, esos casos se centralizan en la Oficina Municipal de Atención al consumidor (OMIC), cuya eficacia en la atención de esos casos es prácticamente nula. Ahora, el distrito proyecta un plan de mediación entre inquilinos y propietarios.
"Si una persona cree que la están presionando le diremos que venga a la oficina de Fomento de Ciutat Vella y nosotros citaremos a la propiedad para que se explique. Intentaremos que se llegue a un acuerdo. Si no es posible y el caso llega a la justicia, el juez tendrá claro los antecedentes antes de resolver", explica la edil Itziar González.
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