29 mayo 2008

La venta de casas continúa su desplome tras caer un 38,5% en el mes de marzo

La crisis inmobiliaria marcada por el alza del Euríbor y el aumento del paro se acentúa a medida que avanza el año y, en un único mes, se han dejado de vender un 38,5% menos de casas que hace un año con 46.074 transacciones en marzo, la cifra mensual más baja desde que el Instituto Nacional de Estadística recoge estos datos desde enero de 2007.
Del total de compraventas registradas en marzo, las referidas a vivienda libre (41.982 transacciones) han descendido un 39,1%, en tanto que las protegidas (4.092 operaciones) han bajado algo menos con una caída del 32,2%. El parón en las ventas ha sido más acusado todavía en el caso de las casas de segunda mano, cuya compraventa ha bajado un 46,4%, en tanto que las transacciones de inmuebles nuevos han descendido algo meno con un retroceso del 27,5%.
Este descenso en las ventas, asimismo, pasa factura en el negocio hipotecario, que vuelve a bajar en marzo, según los datos hechos públicos hoy por el INE. Concretamente, los préstamos concedidos para comprar una casa han caído durante el pasado mes cerca de un 40%, hasta las 70.378, y por un importe medio también más bajo que el de hace un año, un 3,76% inferior hasta 141.172 euros, tras años de imparables subidas.

Agua y política

Joan Subirats
Si retrocedemos unas semanas, estábamos en una sequía cuyo precedente inmediato se situaba más de 50 años atrás. Estamos ahora en un momento tan lluvioso que nos hemos de retrotraer varios decenios para encontrar otro mes de mayo con precipitaciones tan intensas y continuadas. La situación es tan paradójica que uno acaba pensando que la lluvia está arruinando lo que algunos pretendían convertir en un precedente del que sacar consecuencias en muchos otros terrenos. ¿Qué hacemos con la tan traída y llevada cañería? Es evidente que el decreto que autoriza su construcción tiene las horas contadas. El Gobierno central asumirá los costes políticos de su derogación, pero se beneficiará asimismo de la cancelación de una decisión que, de llevarse a cabo, complicaría las cosas en Aragón, en las comarcas del Ebro y en muchos otros sitios de España. El Gobierno catalán acogerá con aparente disgusto esa derogación, pero en el fondo respirará con alivio por ver acabado un culebrón del que le ha resultado muy difícil salir indemne. Y en definitiva, todos habremos aprendido un poco más acerca de un problema que teníamos y que seguimos teniendo. Pero las aguas no volverán a su cauce sin efectos colaterales.

Necesitamos volver a la calma aprovechando la recuperación de los niveles de agua embalsada
Hace unas semanas, los responsables de la política del agua en Cataluña tenían ante sí un panorama inquietante. Se estaba al borde del inicio de las restricciones de agua de boca para los más de cinco millones de personas que pueblan la región metropolitana de Barcelona. Las decisiones que se habían tomando con anterioridad, apuntaban a un replaneamiento muy positivo de la gestión del agua en Cataluña, pero no permitían enfrentarse a la excepcionalidad del momento. Los responsables del asunto estaban encajonados en una situación que no parecía tener una salida digna. Si esperaban acontecimientos (lluvia), podían encontrarse con la necesidad de cortar el consumo de agua a una gran parte de la población catalana. Si querían tomar decisiones para asegurar ese consumo, dependían de otros actores (Ejecutivo central, Gobierno de Aragón, asociaciones de regantes...), y casi siempre las decisiones que tomaran acabarían generando descontentos y fricciones, en un sector muy preocupado por los cambios en la política tradicional. Sobre todo cuando esas decisiones se tenían que tomar desde un Gobierno y una fuerza política, ICV-EUiA, que se había definido con contundencia en contra de los trasvases y que había colaborado en la puesta en práctica de los principios de la llamada Nueva Cultura del Agua (ahorro en el consumo, regeneración de pozos y acuíferos, mejor utilización del freático, estrategia de desalación...). La pistola de las restricciones les apuntaba en una sien, y en la otra tenían colocada la pistola del descrédito político.
Entendiendo que la situación requería coraje y al mismo tiempo prudencia y consistencia con las narrativas enunciadas y proclamadas solemnemente, no creo que podamos hablar de una buena gestión del asunto, y más bien deberíamos considerar nefasta la comunicación que se fue realizando de las decisiones o amagos de decisiones que se fueron tomando. La gestión del consejero Francesc Baltasar ha sido zigzagueante, poco clara y casi siempre mal explicada. Ha predominado el regate en corto y el qui dia passa, any empeny. Sin coherencia política es difícil afrontar situaciones como las descritas. La impresión que uno tiene en este final de ciclo, es que las culpas no son de uno solo. Faltó coordinación y corresponsabilidad, no sólo entre el Gobierno de la Generalitat y el central, o entre los distintos departamentos de la Generalitat, sino que incluso el propio Departamento de Medio Ambiente y la Agencia Catalana del Agua tampoco han ido muy de la mano. Por otro lado, se han oído muchas voces acusando a partidos e instituciones de tratar la cuestión más con la vista puesta en las repercusiones electorales que en el fondo del asunto. Lo cierto es que lo que ha faltado precisamente es política. Política enraizada en valores sólidos y que refleje de manera consistente los idearios que cada uno afirma defender. Hay líneas rojas que cuando se cruzan, uno acaba pagando fuertemente esa vulneración. En este sentido, los partidos en el Gobierno, y especialmente ICV-EUiA, en su gestión del asunto, han cruzado repetidamente alguna de esas líneas, contradiciendo muchas de las buenas prácticas que ayudaron a poner en marcha. Una cosa es la coherencia en la gestión de la acción de gobierno, y otra cosa es tomar decisiones que muy difícilmente son comprensibles en quienes han ido siguiendo una cierta narración construida a lo largo de varios años. El presidente aragonés, Marcelino Iglesias, al ser preguntado el pasado martes sobre cuál sería la reacción de sus compañeros de partido en Cataluña al conocer que Aragón pensaba presentar un recurso contra la interconexión, decía: "Simplemente les recordaré que nos manifestábamos juntos hace unos meses para que no volviera a haber trasvases en España". Es probable que quienes con pragmatismo y aparente sentido de gobierno han ido trampeando la crisis, salgan menos tocados que los que más perfil ideológico habían mostrado, y que son precisamente los que más plumas se han dejado por el camino. Pero de ahí no creo que tengamos que sacar la conclusión de que cuanto menos perfil ideológico mejor, sino más bien que cuanta más coherencia entre los valores proclamados y la práctica política, mejor.
Hace unos días el colectivo de reflexión sobre cuestiones rurales Saó (blocs.mesvilaweb.cat/ saorural) realizó un pequeño debate en relación con el asunto del agua. Una de mis conclusiones es que necesitamos restablecer la calma aprovechando la recuperación de los niveles de agua embalsada, y que hemos de seguir trabajando en la misma línea en la que se había trabajado con anterioridad a la crisis. Estamos llegando a reservas de 300 hectómetros cúbicos, y en ese contexto es indefendible que algunos pretendan mantener por puro revanchismo político (CiU) o por tratar de eludir el enésimo viraje político (el Gobierno del tripartito), la necesidad de una medida muy limitada y que sólo podía justificarse por motivos de emergencia. Sin duda, todos hemos aprendido mucho en estas semanas.
Joan Subirats es catedrático de Ciencia Política de la UAB

17 mayo 2008

DECRET 108/2008, de 15 de maig, de modificació del Decret 84/2007, de 3 d'abril, d'adopció de mesures excepcionals i d'emergència en relació amb la ut

Es modifica el Decret 84/2007, de 3 d'abril per tal de permetre que l'entrada i sortida dels escenaris d'excepcionalitat I i II i del d'emergència es faci atenent al fet que els llindars establerts tinguin un caràcter indicatiu i que juntament amb altres circumstàncies com ara la previsió de la pluviometria, la previsió de l'evolució de les reserves d'aigua i el grau d'explotació dels aqüífers siguin els que permetin al Govern de la Generalitat declarar l'entrada i sortida dels corresponents escenaris o nivells establerts en l'annex 2 del Decret 84/2007, de 3 d'abril.

Entitats i comerços demanen que la bossa de plàstic costi 0,20 €

FONT: EL PERIODICO 07/05/2008

• Alguns països europeus han aconseguit reduir-ne de forma dràstica el consum sense oposició social
• Cada cap de setmana es distribueixen a Catalunya 14 milions d'embolcalls amb nansa no reciclables

ANTONIO MADRIDEJOS

BARCELONA
Entitats ecologistes i de consumidors, en col.laboració amb ajuntaments, centres d'investigació i cadenes de comerç i distribució, van exigir ahir a l'uníson que la Generalitat gravi amb un impost o ecotaxa de 20 cèntims les bosses de plàstic que actualment es reparteixen de forma gratuïta en tota mena de comerços catalans, molt particularment en supermercats. L'experiència en diversos països europeus demostra que la mesura ha estat un èxit, amb una gran acceptació ciutadana, i ha permès reduir fins al 90% el nombre de bosses. Els diners recaptats --el valor real dels actuals embolcalls de nanses no arriba ni a un cèntim-- es destinaria a programes de tractament i reducció de residus gestionats per l'Administració.

Les organitzacions convocants, que estan encapçalades per la Fundació per a la Prevenció de Residus, van posar ahir en marxa una campanya perquè els compradors prenguin consciència del problema ambiental que suposa el dispendi de tantes bosses de plàstic --cada cap de setmana se'n gasten a Catalunya uns 14 milions d'unitats--, però van assumir que sense l'ajuda de l'Administració no serà possible tirar endavant la iniciativa. "Sí, sí, la Generalitat hi està a favor, però no acaba de decidir-se i només parla d'acords voluntaris --van explicar Mercè Girona i Anna Peña, portaveus de la fundació--. No ho volem el 2012, sinó ara mateix, a principis del 2009. És totalment factible".

NO HI HA MOTIUS EN CONTRA

Segons el seu parer, les grans cadenes d'alimentació no tenen motius per estar en contra d'aquesta decisió, sinó tot al contrari, ja que actualment regalen les bosses sense guanyar-hi res a canvi. Algunes empreses, de fet, ja apliquen a les bosses un plus d'un o dos cèntims.Vint cèntims és el preu de consens posat en marxa, amb moltes variants, a Irlanda, Holanda, França, Alemanya i altres països europeus. Segons la fundació, una quantitat molt inferior no dissuadiria els consumidors de comprar les bosses, mentre que una quantitat molt superior podria ser una mesura impopular. Entre els casos més exitosos a Catalunya destaca el del grup BonPreu, que bonifica amb dos cèntims per cada 10 euros de compra els clients que no agafen bosses. A més de BonPreu, també s'han sumat a la campanya Ikea, Ecoveritas i Urbaser, entre altres empreses, així com els gremis de forners i 15 ajuntaments. Els detalls de la campanya es poden consultar a través d'internet a la web www.residusiconsum.org.

Si s'aprovés la mesura, els compradors que no portessin les bosses des de casa --de cotó, per exemple-- les haurien de comprar. L'experiència que ha tingut més èxit a Europa són les bosses de paper de mida gran que, a més a més, es poden reutilitzar. "En qualsevol cas --va precisar Girona--, la idea no és substituir les bosses de plàstic per unes de biodegradables, sinó reduir el nombre de bosses". Segons la Fundació per a la Prevenció de Residus, a Catalunya es van generar l'any passat 110.000 tones de residus de bosses. Les habituals de plàstic amb nanses són molt difícils de reciclar, de manera que solen acabar als abocadors o a les incineradores. Si es deixen a la intempèrie, triguen fins a 500 anys a descompondre's.

16 mayo 2008

La irritación de los constructores con Solbes

FONT: EL PAIS 13/05/2008

ANTÓN COSTAS 13/05/2008
Acostumbrados a más de 10 años de bonanza, de vender todo lo que se podía producir aun antes de comenzar la obra, de precios estratosféricos, de plusvalías muy por encima del beneficio normal en cualquier otra industria, de ostentación pública de riqueza, ahora algunos promotores y constructores de vivienda se encuentran con la cruda realidad de tener que hacer frente a los excesos de endeudamiento, buscar salida a un elevado número de viviendas construidas que no encuentran comprador y replantear el futuro del negocio para condiciones de normalidad del mercado.
La crisis permitirá una reconversión, igual que antes lo hicieron otras industrias y el sector automovilístico
Fervientes partidarios del mercado libre en los años de vacas gordas, la crisis les ha vuelto de repente intervencionistas, reclamando, casi con apocalíptico dramatismo, la ayuda del Estado. Naturalmente, esa petición no la justifican los constructores en razón de su propio interés, sino atendiendo a los "más de un millón de empleos" que se perderán si el Estado no interviene.
Esas llamadas de socorro han hecho mella en la nueva ministra de la Vivienda, pero no así en el ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, que es, en último término, el que tiene la llave de la caja de los recursos públicos. El ministro, como un buen médico, es partidario de la purga como medicina para los excesos, y no cree que se deba impedir artificialmente el necesario ajuste en la construcción.
Esta posición, expresada en la Comisión de Economía del Congreso la semana pasada, ha irritado a la patronal española de la construcción, cuyo presidente ha acusado a Solbes de decir "frivolidades", y le ha conminado a dejarse de "discursitos" y dedicarse a hacer un mejor diagnóstico. Por lo que se ve, el lenguaje de algunos constructores es peculiar, asilvestrado, callejero, de andamio, si me lo permiten los trabajadores del sector. Nunca antes lo había escuchado de representantes de otros sectores industriales -como el caso del textil, el naval y el siderúrgico- que antes lo pasaron igual o peor que ahora los constructores.
Si de algo no se le puede acusar a Solbes es precisamente de frívolo. En este sentido, el ministro no se distingue precisamente por ser la alegría de la huerta, como queda reflejado en su doble del programa Polonia, de TV-3. Por el contrario, su estilo es el del rigor sin florituras, aunque, eso sí, no sin una cierta sorna a la gallega, como la que utilizó la semana pasada al responder a la acusación de "despreciar" al sector de la construcción que le hizo Cristóbal Montoro, nuevo portavoz económico del Partido Popular y anterior ministro de Hacienda en los gobiernos de Aznar: "¿La solución que propone es que sigamos construyendo 750.000 viviendas al año aunque no las vendamos?", le contestó el ministro.
El diagnóstico de Solbes es acertado: "el sector ha acumulado excesos en años anteriores que deben ser corregidos para que la construcción residencial vuelva a crecer con normalidad, en el entorno del 3%". Eso no significa desconocer que "el ajuste de la construcción, y su efecto arrastre sobre el resto de sectores, va a tener inevitablemente un impacto en el PIB, aunque será transitorio". Pero es inevitable y sano. No es el momento de inyectar ayudas que actúen como estímulo fiscal.
La palabra clave en el diagnóstico de Solbes es, a mi juicio, "normalidad". Y la normalidad para el sector de la construcción residencial no es lo que ocurrió durante la década que acaba de terminar. Fue un periodo de anormalidad, con la iniciación de una media de 650.000 viviendas al año (más que las que se iniciaron en Alemania, Francia e Italia), cuando la formación de nuevos hogares estuvo alrededor de la mitad; y en el que los precios se incrementaron a una media anual alrededor del 12%. El simple sentido común dice que ese comportamiento no podía ser sostenible, ni era sano.
Normalidad significa que más allá de la crisis actual, la industria de la construcción tiene un futuro razonable y hasta brillante en nuestro país. La inmigración, el retraso en la emancipación de los jóvenes y el crecimiento espectacular de nuevas formas de hogares significan una demanda importante y sostenida en los próximos años.
Pero eso no significa que todas las empresas del sector tengan que ser salvadas de la crisis. La purga que necesita el sector tiene en la crisis su mecanismo darwiniano: supervivirán los mejores. Y eso será bueno para la industria. Lo saben perfectamente los promotores y constructores que después de padecer y sobrevivir a la crisis anterior, de la primera parte de la década de 1990, no se dejaron llevar por los excesos de ésta.
En una economía de mercado cada palo ha de aguantar su vela. No vale ser liberales cuando la cosa va bien, y llamar al papá Estado cuando arrecia el temporal. Sólo los banqueros se salvan, en parte, de esta regla general, por la singular importancia que la confianza en el sistema financiero tiene para la estabilidad del conjunto de la economía. Pero no así los constructores, que, como los empresarios de cualquier otro sector industrial, han de aguantar el ciclo económico y pagar sus propios excesos.
No hay mal que por bien no venga. Esta crisis debe permitir al sector de la construcción residencial llevar a cabo una reconversión profunda, de la misma forma que antes lo hicieron otras industrias y el sector automovilístico. Es el esfuerzo profundo de mejora de la innovación, la productividad y la calidad del producto, y no la irritación con Solbes, la que sacará de la crisis a la construcción y le dará una imagen pública de industria innovadora que hoy no tiene. Por lo que veo en una publicación reciente de la Cámara Oficial de Contratistas de Obras de Cataluña, de eso son también conscientes los constructores más renovadores.
Antón Costas es catedrático de Política Económica de la UB.

¿Qué pasa con las nucleares?

Font: El País
XAVIER SABATÉ I IBARZ 16/05/2008
En la reunión de la Comisión de Política Social del Congreso de los Diputados, el 12 de febrero de 2002, quien suscribe citaba este párrafo de la memoria justificativa de los Presupuestos que firmaba el ministro Rato: "Otra circunstancia significativa ha sido el establecimiento de un nuevo marco de regulación del sector eléctrico. Este marco puede afectar potencialmente a la seguridad de las centrales (nucleares) en la medida en que se traduzca en una limitación de inversiones y actuaciones necesarias para su mantenimiento". Y yo añadía: "El hecho más preocupante es el constante descenso de las plantillas que se ha producido en los últimos tiempos".
Tenemos mucho camino por recorrer en el terreno del ahorro, investigación y renovables
En 2005, a raíz del accidente que obligó a cerrar seis meses la central de Vandellòs, el Consejo de Seguridad Nuclear identificaba nueve causas. Entre ellas, la "primacía de la producción frente a la seguridad y el arranque de la central sin los análisis de seguridad adecuados". Se destituyó a los directivos locales.
Hace unas semanas hemos conocido, también a través de Greenpeace y con nuevas destituciones, otro accidente que sucedió hace meses. Nada menos que la liberación de partículas radioactivas al exterior y el transporte de chatarra contaminada durante 60 kilómetros por nuestras carreteras.
Y acabamos de saber que el propio CSN reconoce que la central manipuló los mecanismos de control para aparentar una menor contaminación radioactiva. Con ello no sólo ocultan información a los ciudadanos, sino que también la falsean.
En 1989, el incendio en Vandellòs I que acabó con el cierre de la central también produjo ceses de ingenieros. En Tarragona ya reaccionamos con hilaridad ante la repetida respuesta de las empresas: minimización del caso y ceses.
Pero el problema es el que avanzó el ministro de Economía Rodrigo Rato hace seis años: no se adoptan las medidas necesarias. Y no se adoptarán mientras los máximos responsables de Endesa e Iberdrola en el caso de Ascó y Vandellòs -a quienes nunca ni la justicia ni la prensa interpelan- no se vean presionados. Si se accede a las páginas de la Red de esas empresas, no hay rastro de su relación con las nucleares y sí beatíficas apelaciones a su trayectoria ejemplar por un medio ambiente mejor. Y en la de ANAV (Asociación Nuclear Ascó Vandellòs), si no se anda ágil, se pierde uno los escasos tres segundos del logo de las empresas madre.
Si esos dirigentes supieran que todo lo relevante que sucede en una nuclear se va a conocer y la sociedad les va a exigir su responsabilidad a ellos y no a sus directivos locales, se preocuparían de tomar las medidas necesarias y de supeditar -ahí está la madre del cordero- el beneficio empresarial a la seguridad.
Porque el debate sobre la energía nuclear es, tras la seguridad, el de los costes. En la edición de mayo de The Nation, disponible en la Red, Christian Parenti explica cómo las ayudas multimillonarias de la administración de Bush a la industria nuclear no acaban de arrancar su supuesto renacer tras la última planta licenciada en Estados Unidos -TVA's Watts Bar 1-, cuya construcción comenzó en el ya lejano 1973.
Encontrar emplazamientos socialmente asumidos y los ingentes costes financieros, entre otros múltiples problemas (hasta 12 millones de dólares para generar un megavatio), han hecho exclamar a Arjun Makhijani, del Institute for Energy and Environmental Resarch: "A Wall Street no le gusta la energía nuclear". Y el Gobierno de la Generalitat de la pasada legislatura aprobó el vigente Plan de Energía de Cataluña 2006-2015, que prevé prescindir de la energía nuclear en Cataluña a partir de 2022.
Para los asustadizos diremos que tenemos mucho camino por recorrer en el terreno del ahorro, la eficiencia, la investigación y las renovables. España es excedentaria en energía eléctrica desde hace cuatro años y para 2020 habremos triplicado nuestros 15.000 megavatios eólicos (es decir, el equivalente a cuatro nucleares reales), 3.000 de ellos en Cataluña, donde andamos con mucho retraso.
En definitiva, más responsabilidad en la gestión de las nucleares y compromiso por un mundo diferente donde es posible vivir más tranquilos, con menos riesgos y de forma más sostenible.
Xavier Sabaté i Ibarz es delegado de la Generalitat en Tarragona.

04 mayo 2008

L'auge de la indústria dels biocombustibles, causa de la crisi mundial d'aliments segons Lancet

Font: VilaWeb
La prestigiosa publicació insta els governs a abordar aquest greu problema, que ja ha causat revoltes
L'actual crisi mundial d'aliments, que ja ha provocat revoltes a diferents punts del planeta, és a causa, principalment, de l'auge de la indústria dels biocombustibles, segons que explica avui
The Lancet a l'editorial. La prestigiosa revista mèdica britànica explica que la producció extensiva de cereals per a produir biocombustibles, com el blat de moro, n'ha disparat el preu. Així, el preu del blat i de l'arròs va pujar l'any passat un 130% i un 120% respectivament, i milions de persones a tot el món en van patir els efectes, fam i pobresa.
Els editors de Lancet insten els governs a abordar la crisi, que ha provocat protestes populars i morts a països com el Camerun, Senegal, Burkina Fasso, Costa d'Ivori, Egipte i Haití. Entre els exemples que posa la revista de l'augment de consum de biocombustibles hi ha el d'Estats Units. Segons Lancet, el volum de blat de moro consumit pels vehicles d'aquest país cobriria les necessitats alimentàries de 82 països. La publicació també mostra satisfacció pel fet que la Unió Europea
s'hagi replantejat la política de biocombustibles. A més, insta els caps de govern i d'institucions com l'ONU i el Banc Mundial a abordar la crisi des de l'arrel, i no amb solucions a curt termini, com l'ajuda humanitària. Per exemple, els Estats Units i França proporcionen ajuda a països on hi ha manca d'aliments, però farien millor d'abolir els subsidis agrícoles que proporcionen als grangers, assegura Lancet. Altres causes que han influït en la crisi d'aliments són el canvi climàtic i els subsidis agraris.

Agua, azucarillos y aguardiente

Bajo zarzuelero título "Agua, azucarillos y aguardiente", Jordi Borja escribe el siguiente artículo en el diario El País


En Cataluña hay medio millón de personas que viven en el territorio correspondiente a la cuenca del Ebro (unos 200.000 en las comarcas del entorno del delta) y 6,5 millones en el resto, que incluye las regiones metropolitanas de Barcelona, Girona y Tarragona. El 60% de los recursos hídricos corresponden a la cuenca del Ebro y se destinan en un 95% a usos agrícolas. El resto del territorio dispone del 40% del agua, que se consume en un 65% en las áreas urbanas. Parece, pues, lógico que deba producirse una transferencia de "agua de tierras con pocas personas a tierras con muchas personas y poca agua". La cuestión no es tan sencilla.
La población aumenta y también la frecuencia e intensidad de los periodos de sequía
Las tierras del sur y de poniente han sido históricamente las más pobres, secas y abandonadas. El río (los ríos: Ebro, Segre, Francolí, etcétera) ha sido a la vez fuente de trabajo y de identidad. En las tierras del Ebro ha dominado el caciquismo y el latifundio que han controlado las comunidades de regantes. Sus gentes han vivido del agua sin poseerla: hasta el año 1980 algunos pueblos del delta no dispusieron de agua corriente. No ha habido una ciudad potente, emblema y motor del territorio. El soberano protector ha sido el río. Ha arraigado la adhesión popular y el sentimiento apropiatorio de las gentes del Ebro a su río. El trasvase no es una cuestión técnica, es su ser el que está en cuestión. No pueden sentirse solidarios de la metrópoli, que representa para ellos el poder y el despilfarro, ni aceptan de entrada los argumentos políticos y económicos procedentes de los gobiernos que consideran responsables de una colonización perversa del territorio mediante la acumulación de industria petroquímica y centrales nucleares.
La realidad tiene otra cara. El sentimiento anticiudad y especialmente contra una Barcelona "cuya voracidad no tiene límites a la que dar agua es como dar cocaína a un drogadicto", según palabras de una concejal es prejuicioso. Barcelona consume relativamente poca agua (110 / 130 litros por persona y día). En la segunda y tercera coronas de la región metropolitana el consumo por habitante es dos o tres veces mayor, pero es similar al de los núcleos urbanos de las tierras del Ebro. La realidad hoy es que vivimos en una sociedad urbana y, a menos que se aplicará un "programa camboyano" al estilo de Pol Pot y se deportara a cinco millones de personas a las zonas poco pobladas del país, es preciso garantizar el agua para todos. El modelo de crecimiento se puede discutir, pero el despilfarro de suelo, agua, energía y aire no es el producto de la gran ciudad compacta, sino de la urbanización difusa que ha prevalecido en las últimas décadas. En el último cuarto de siglo XX la población de la región metropolitana prácticamente no aumentó, pero la superficie urbanizada se duplicó.
Hay que poner azucarillos, es decir, endulzar nuestros discursos sobre el agua, para que nos podamos entender y evitar el peligroso y emocional enfrentamiento de territorios. Hay que asumir que las gentes del Ebro deben ser escuchadas y tener en cuenta sus agravios y sus sentimientos y, por otra parte, comprender que los cinco millones de personas que viven y trabajan en la región metropolitana barcelonesa crean riqueza y necesitan agua. En plan político: en una situación excepcional hay que dar prioridad al agua para las personas. O en plan técnico: la conexión de cuencas y los posibles trasvases sólo se justifican para estos momentos excepcionales.
Pero para que la excepción no se convierta en regla hay que animarse a pensar, si es necesario con la ayuda del aguardiente, sin temor a constatar responsabilidades y proponer soluciones no siempre de entrada populares. El documento de la Agencia Catalana del Aigua (Bases per a un model de gestió de l'aigua, 15-4-2008) ofrece un diagnóstico riguroso y propone soluciones que parecen razonables, lo mismo que la mayoría de los expertos que se han pronunciado públicamente (por cierto, fueron contrarios al Plan Hidrológico del PP). La falta de previsión viene de lejos. Se sabe que cada cuatro o cinco años hay una sequía y que en algunos casos, como ahora, puede ser especialmente fuerte. La capacidad de los embalses debe renovarse cada año, pues casi equivale al consumo anual, es decir, no hay colchón de seguridad. Desde el trasvase del Ter (1966) y la posterior conexión Ter-Llobregat prácticamente no se ha invertido en obras para abastecer de agua la región metropolitana. En el largo periodo autonómico, entre 1980 y 2003, no sólo ha habido un aumento de la población, sino también del consumo diario por habitante. Y se ha vivido al límite en disponibilidad de agua sin otra idea que la peor de todas las soluciones posibles: traer agua del Ródano. La conexión de las cuencas sirve como solución de excepción. Para el equilibrio del territorio y el uso responsable de un bien escaso la regla es la recuperación y el reciclaje del agua (pueden reducir a casi la mitad el consumo urbano y el uso agrícola), la recuperación de los acuíferos contaminados (importante en el caso de Barcelona) y la desalinización (se han reducido los costes, aunque supone un importante consumo de energía: ¿nuclear?). Los trasvases pueden servir para momentos críticos, pero el último que se debe considerar es el Ródano, la opción más costosa de todas (el doble que la desalinización). Discutirlo ahora ha sido un nuevo anuncio televisivo de José Luis Rodríguez Zapatero con Josep Antoni Duran, como lo fue la foto del presidente del Gobierno con Mas.
Si se completan las actuaciones iniciadas en los últimos cuatro años, una situación como la actual no debiera reproducirse a corto plazo, siempre y cuando se inicien nuevos proyectos destinados tanto a la demanda (un uso más responsable del agua) como a la oferta (desalinizadoras, acuíferos, reciclaje, etcétera). La tendencia actual es a un aumento de la población y de los consumos y también a una mayor frecuencia e intensidad de los periodos de sequía. La nueva cultura del agua es tan necesaria como el agua.
Jordi Borja es profesor de la UOC.

La depuradora del Prat aportarà 5,2 hm3 d'aigua potable a l'aixeta

Font: El Periodico 10/04/2008

http://www.elperiodico.cat/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAT&idnoticia_PK=499207&idseccio_PK=1008

XABIER BARRENA

BARCELONA
La Conselleria de Medi Ambient ha decidit --segons han confirmat a EL PERIÓDICO almenys dues fonts vinculades a la gestió de la crisi hídrica que pateix Catalunya-- recórrer a una font més d'aigua per, en primer lloc, evitar les restriccions a l'estiu i, en segon lloc, convertir-se en una solució a llarg termini. És una solució extrema que, amb tot, ja ha estat adoptada amb notable èxit en altres grans conurbacions del món. És simple. Consisteix a fer remuntar riu amunt l'aigua que surt de la depuradora del Llobregat, única a Catalunya amb els tres cicles complets de tractament, i reintroduir-la, després de potabilitzar-la, al sistema de proveïment humà. Els documents revelen que així es podria disposar de fins a 5,2 hectòmetres cúbics mensuals extra.

Més que el pla Segre.

Més enllà del xoc cultural que pugui originar, els freds números de les anàlisis parlen d'una aigua de més qualitat que la del Llobregat i fins i tot que la del Roine, ja que supera amb nota els 65 exigents paràmetres que serveixen per avaluar si una aigua és apta per al consum hu- mà. Fins ara, l'aigua reciclada sense potabilitzar s'utilitzava, exclusivament, per a usos industrials i per a reg agrícola.

DUES OPCIONS

El pla no està encara ultimat i hi ha dues opcions possibles: ajuntar en una mateixa conducció l'aigua regenerada i l'aigua no potabilitzada que vingui en vaixell de Lavéra (França) i abocar-la al Llobregat --perquè sigui potabilitzada a Sant Joan Despí-- o bé utilitzar dues conduccions diferents.

La utilització d'aigua reciclada o regenerada no és nova. Actualment, de la depuradora del Prat surten 750 litres per segon d'aquesta aigua per a usos agrícoles, 450 per alimentar les zones humides veïnes i 1.000 per al cabal de manteniment del Llobregat.

Precisament el manteniment d'un mínim cabal del riu és l'excusa formal que ha utilitzat Medi Ambient per emprendre el pla. En l'actualitat, una conducció provinent de la planta del Prat aboca aigua a la llera just després (en el sentit del riu) de la planta potabilitzadora de Sant Joan Despí.

Ara, aquesta canonada es prolongarà uns cinc quilòmetres riu amunt amb un triple objectiu. Augmentar el cabal del riu --d'aquesta manera millorarà la qualitat de l'aigua--, permetre la recàrrega de l'aqüífer del Llobregat --del qual s'estan extraient recursos-- i aconseguir fins a cinc hectòmetres mensuals de nous recursos, encara que com que no tot el cabal acabarà a la planta potabilitzadora es pot esperar que, en la pràctica, els hectòmetres nous siguin menys.

ARGILES IMPERMEABLES

L'aqüífer no és més que un enorme dipòsit natural d'uns 100 hectòmetres cúbics que es troba uns 60 metres per sota del delta del Llobregat, entre capes d'argila impermeable. La majoria de pous en desús que ha activat la Conselleria de Medi Ambient extreuen aigua d'aquest aqüífer.

L'aigua nova, ¿és una aigua de confiança? Si el Llobregat ho és, l'aigua reciclada, encara amb més raó. Aquest cabal, a més de la clàssica depuració, ha estat sotmès a un tractament biològic o secundari que consisteix en la introducció de bacteris que eliminen la matèria orgànica. Posteriorment, i abans de ser potabilitzada, l'aigua passa pel terciari, que elimina, mitjançant sis passos (coagulació, floculació, filtració, decantació, raigs ultraviolats i clor) les restes dels bacteris. A més, el 3% de tota l'aigua que es regenera a la planta del Llobregat, més enllà dels sis passos descrits, passa un procés d'ultrafiltració i osmosi inversa.

Aquesta aigua, que en alguns països se subministra al públic, és injectada a raó d'uns 5.000 metres cúbics al dia a l'aqüífer com a barrera hídrica contra la intrusió salina.I, per sobre de tot, l'ús d'aquesta aigua nova, com comercialment s'ha batejat a l'Àsia, no és conceptualment una cosa totalment nova. Tenint en compte que a la conca del Llobregat hi aboquen aigua 50 depuradores --algunes recullen aigües residuals industrials--, no és exagerat afirmar que a Sant Joan Despí ja arriba aigua utilitzada aigües amunt. Canviant de conca, es pot dir que la major part de l'aigua del Besòs que nodreix l'aqüífer nord no és més que aigua utilitzada del Ter, depurada i abocada al riu. La diferència consisteix que, mentre que l'aigua depurada a Igualada és naturalment tractada amb raigs UVA pel sol, aquest procés es fa artificialment a la depuradora. La mesura només és possible pensar-la a llarg termini, com l'inici del futur si es vol. Diàriament, passen 0,3 hectòmetres cúbics d'aigua per la planta del Prat, dels quals 272 metres cúbics, un 0,09%, es reutilitza. El camí que queda per recórrer és, per tant, llarg. Un cop vençuts possibles recels, és l'opció que permet més autonomia, és més respectuosa amb l'entorn i més barata que la dessalinització.

03 mayo 2008

Agua reciclada contra la sequía

FONT: El Pais 10/04/2008
El parque agrario del Baix Llobregat se adapta a la aridez que ya afecta a sus cultivos. De las cuatro comunidades de regantes que se reúnen en el parque -la del canal de la derecha del río Llobregat, la del canal de la Infanta Carlota, la del riego viejo de Sant Vicenç dels Horts y el sector del Delta Occidental- sólo una, la comunidad de regantes del canal de la derecha, irriga habitualmente sus cosechas con agua del río. Las otras tres combinan agua depurada con agua proveniente de pozos.

Gran parte del parque agrario del Llobregat se irriga con agua depurada
Los payeses pueden usar 200 litros del río mientras no se agrave la sequía
En el canal de la derecha hace dos años que se iniciaron las obras para posibilitar, en casos de extrema aridez, el riego con agua de la depuradora del Baix Llobregat. El 29 de febrero, tan sólo cuatro días antes de que la cuenca del Llobregat entrara en el nivel 2 de excepcionalidad, se inició el proceso de bombeado de agua depurada, que abastece a 700 hectáreas de las 1.000 que tiene el canal. Las 300 restantes se riegan con los 200 litros por segundo, de martes a viernes, que el nivel actual de emergencia permite extraer del río para uso agrícola. El resto del caudal debe dedicarse al consumo humano.
"En condiciones normales se utilizan 1.200 litros por segundo, que rebajamos a 800 ante la falta de agua; 200 litros es el mínimo", opina Lluís Parés, representante de Unió de Pagesos del Baix Llobregat. Si la sequía empeora, el 15 de abril se entrará, previsiblemente, en situación de emergencia 1, por lo que las 300 hectáreas quedarán sin agua. Las cosechas, mayoritariamente de árboles frutales, se empezarán a secar. Ante tal situación, los regantes de la zona esperan que se finalicen cuanto antes las obras de construcción y soterramiento de la cañería que, paralela al curso del río, bombeará el líquido depurado hasta la parte alta del canal, que abarca de Sant Boi de Llobregat hasta Pallejà.
"Se está trabajando a marchas forzadas para construir la tubería, día y noche. Aunque no estará acabada ni en 15 días ni en un mes", advierte Ramon Terricabras, gerente del parque agrario, que destaca "el esfuerzo" de la Agencia Catalana del Agua (ACA). José Luis Madrigal, secretario de la comunidad de regantes del canal de la derecha, es confiado: "Cuando no podamos usar agua del río, usaremos el 100% de agua depurada. De todos modos, la sequía se solucionará: de un momento a otro lloverá". Según la ACA, las obras de la cañería estarán acabadas en julio de 2009. "Los payeses de esta zona no acaban de creer que dentro de 15 días no podrán regar sus cosechas", explica Terricabras, que reconoce que las reformas, pese a preverse con tiempo, han llegado tarde: "Si la sequía hubiera llegado dentro de seis meses, ya no tendríamos este problema".
La obra, que será de carácter definitivo, sólo se usará en casos de sequía: cuando los niveles de los pantanos vuelvan a la normalidad, los regantes volverán a usar agua del río, mejor que la depurada para el riego. "El agua de la depuradora es de calidad, pero tiene una salinidad excesiva", plantea Terricabras. Para que el agua sea apta para el regadío no debe superar una salinidad de 3.000 microsiemens (la medida de sal); actualmente los regantes del Llobregat irrigan sus cultivos con agua de 2.700 microsiemens. "Esto a la larga perjudica las cosechas", juzga Madrigal. Sin embargo, los payeses están satisfechos: "Vemos el agua apta para el uso agrícola. Llevamos un mes regando y no hemos tenido ningún problema", expresa Parés. Para paliar el problema de la salinidad, la Generalitat aprobó en febrero la construcción de una planta correctora en Sant Boi de Llobregat que, previsiblemente, entrará en servicio a mediados de 2009

1.200 millones para financiar el transporte metropolitano

Font: El Pais 19.03.08
Las administraciones públicas -Gobierno central, Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona- aportarán 1.206 millones de euros para subvencionar el transporte público de la región metropolitana de Barcelona en los años 2007-2008, lo que representa un incremento del 23,7% de media anual con respecto al contrato-programa anterior.
La Generalitat firmó ayer el contrato-programa 2007-2008 entre la Autoridad del Transporte Metropolitano y la Administración General del Estado. La Generalitat aporta 554 millones de euros; la Administración central, 299 millones; el Ayuntamiento de Barcelona, 183 millones, y la Entidad Metropolitana del Transporte, 170 millones.
El coste del sistema de transporte público de la región metropolitana (tarifas más subvenciones públicas) ha pasado de un total de 506 millones de euros anuales en el periodo 1998-2001 a 1.076 millones en el 2007-2008, lo que supone un incremento de más del doble en 10 años. En la última década, el peso relativo de las tarifas sobre el coste del billete ha pasado del 50% al 44%, mientras que las subvenciones de las administraciones públicas han aumentado su participación del 50% al 56%; es decir, las tarifas han disminuido en la misma proporción en la que han crecido las subvenciones oficiales al precio del billete.Las actuaciones que se están llevando a cabo en el metro y el ferrocarril en la actualidad suponen una inversión de entre 6.000 y 7.000 millones de euros.
Estas inversiones pretenden potenciar el transporte público para atender las necesidades de movilidad y reducir la congestión del tráfico y planificar de manera integrada las redes de transporte público colectivo.
El programa también pretende definir un marco estable de financición de las empresas, compatible con los escenarios presupuestarios de las administraciones implicadas y garantizando la estabilidad financiera de las empresas de Transportes Metropolitanos de Barcelona y Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya.