La crisis de los servicios públicos
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infraestructuras
El Periódico 24/09/2007
ENRIC Colet
Se habla mucho sobre la crisis de las infraestructuras pero, en general, los análisis suelen ser superficiales o interesados políticamente, y quienes analizan con rigor acostumbran a tratar en profundidad un aspecto concreto, pero no a dar una visión de conjunto del problema.
En primer lugar, hay que tener claro que la crisis no es solo de las infraestructuras: es una crisis de los servicios públicos en general, donde las infraestructuras juegan un papel clave, pero no son las únicas que dan problemas. Las causas de la crisis, a mi entender, son:
1) La orografía y la concentración humana en Catalunya complica y encarece cualquier infraestructura. Por ejemplo, a la conurbación de Barcelona solo se puede acceder por los estrechos y poblados pasos naturales o hacer túneles, siempre más caros.
2) Catalunya es el paso natural entre el Este peninsular y el resto de Europa. Soporta la mayoría de las exportaciones e importaciones españolas y el turismo, que sobrecarga toda la red viaria de Catalunya con un tráfico estratégico para la economía española.
3) CATALUNYA llegó a la democracia con poco capital público, comparado con otras comunidades, suplido por capital privado (autopistas, hospitales, etcétera). Los gobiernos se escudaba en la existencia de la iniciativa privada para no tener que invertir. Desde entonces, no solo no se ha recuperado el estoc de capital público, sino que la excusa ha continuado. Tómese, como ejemplo, la situación lamentable de la N-II desde El Masnou a La Jonquera.
4) La falta de racionalidad y método en la planificación de los servicios públicos, donde la presión de los grupos de interés y el criterio privado de quienes deciden tiene excesivo peso.
5) La política decimonónica de vertebración radial del Estado relega a Catalunya a una posición periférica, que se no se adecua a la realidad de la integración económica y social europea.
6) El criterio político de primar las inversiones destinadas al desarrollo de zonas deprimidas y posponer las inversiones en función de la demanda de servicios. Este criterio, que en principio es justo, si es llevado al extremo acaba siendo un desastre en las zonas menos deprimidas.
7) El crecimiento sostenido de la economía no se ha visto correspondido con un crecimiento de algunos servicios públicos y ha creado, en algunos casos, un déficit importante, por ejemplo de la infraestructura eléctrica.
8) Un incremento de la población debido a una gran inmigración en poco tiempo y sin planificación. Pasar de 6 a 7 millones de habitantes sin escalar los servicios públicos es, por sí solo, causa de colapso.
9) El abandono de facto, por parte de la Administración del Estado, de sus responsabilidades en Catalunya, sobre todo las que le corresponden en el marco constitucional. No solo ha sido por decisiones políticas: también ha sido fruto de un cúmulo de decisiones individuales de los funcionarios públicos. Por un lado, las vacantes de personal debidas a los traslados de los funcionarios del Estado, que en algunos casos han parecido una huida, como la de los cuerpos de seguridad, donde la falta de efectivos contribuyó a la crisis de seguridad pública en las comarcas del sur de Barcelona. Por otro lado, el desentendimiento, en algún caso inconsciente, de los altos funcionarios y profesionales de la Administración central con Catalunya. Creo que es ilustrativo el lapsus de Esperanza Aguirre de que la sede de Endesa iba a salir del "territorio nacional" cuando se anunció la opa de Gas Natural.
10) El descontrol de las compañías concesionarias de servicios públicos. Las concesionarias deben estar controladas por la Administración para que ejerzan sus obligaciones de servicios públicos, no para que inviertan en Argentina o en otras cosas. La Administración del Estado, del partido que fuere, ha incurrido en una grave dejación de responsabilidades.
11) LA POLÍTICA del no. Para cada inversión pública, aparecen grupos de resistencia que instrumentalizan o son instrumentalizados por los políticos y generan en el fragmentado panorama político catalán un sinfín de bloqueos que impiden tomar las decisiones. Es particularmente interesante la utilización de los temas ecológicos como arma arrojadiza, que ha llevado, por ejemplo, al sorprendente bloqueo de las energías renovables por razones medioambientales.
12) El síndrome de la exposición universal, es decir, el condicionamiento reflejo de que cualquier gran inversión debe aprovecharse para arreglar otras cosas que no tienen nada que ver, pero para las que no es tan fácil pedir dinero. Este síndrome, que en el pasado tuvo su razón de ser, hoy por hoy embarulla las decisiones sobre inversiones.
13) Y, en fin, la falta de liderazgo en la política catalana, que hace arduo y difícil poner de acuerdo a todos los agentes políticos, económicos y sociales en una agenda co-mún que facilite una cierta velocidad de crucero a las inversiones y renovación de servicios públicos.
Como se ha podido observar, algunas causas son específicas de Catalunya, pero otras son comunes a toda España. Solo atacando las causas se podrá poner fin a un problema endémico que lastra la economía y la vida de los catalanes.
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